La realidad que vivimos
Nuestro país, Venezuela, se ha hecho bastante conocido en las últimas dos décadas por diferentes razones. Hoy en día uno de los temas por los que es más mencionada Venezuela en las noticias es el de la migración; y es cierto, millones de personas han buscado en la migración una alternativa a la situación de crisis social, económica y política que hoy vive nuestro país.
Una parte importante de las personas que salen del país buscando nuevas oportunidades son jóvenes, buscando una realidad distinta a la que aquí vivimos, en la que se ha ido acentuando las situaciones siguientes.
Servicios públicos muy deficientes: hay comunidades donde no llega el agua potable, el servicio eléctrico es bastante inestable, el transporte público es de mala calidad, el internet, aunque sube su tarifa constantemente no garantiza conectividad para estudiantes y trabajadores.
La salud pública es un verdadero drama, con hospitales colapsados y mal abastecidos, los pacientes debemos llevar medicamentos e insumos, para poder ser atendidos.
La educación pública tiene grandes deficiencias, muchos profesores han migrado y muchos otros no pueden cumplir su jornada completa para poder hacer trabajos alternativos. La infraestructura escolar y universitaria está muy deteriorada a nivel general.
La corrupción es un mal que se observa en todos los niveles tanto de instituciones públicas como privadas y es una de las causas principales de la inoperancia de las instituciones y el enriquecimiento deshonesto de unos pocos.
Y, por último, la situación laboral es grave. Es un escándalo que el salario mínimo legal en nuestro país hoy no alcanza los 4 dólares mensuales. Se ha creado la figura de “bonos” que no tienen incidencia en los beneficios de ley, y aun así el ingreso promedio en nuestro país es mucho más bajo que el resto de los países de la región. Sumado a la inexistencia de derechos básicos como a un contrato escrito, jornada de 8 horas o disfrute de vacaciones.
Se hace necesario actuar
Pese a toda esta realidad muchos jóvenes permanecemos en nuestras comunidades, en nuestras casas, buscando formas de enfrentar esta realidad. Algunas veces buscamos salidas individuales, pero nos damos cuenta que hacerlo juntos/as es mucho más factible.
Nos apremia buscar soluciones para ayudarnos y ayudar. Nuestros gastos personales y el poder aportar en casa son preocupaciones que tenemos siempre. Muchas veces nos sentimos frustrados y deprimidos por no poder aportar suficiente en el hogar, o por no alcanzar a cubrir nuestros propios gastos, de estudio, de vestido, alimento o recreación.
Incluso quienes tenemos un empleo, necesitamos ingresos complementarios para sobrellevar nuestra situación. Y quienes estudiamos, necesitamos pagar transporte, sacar fotocopias, pagar conexión a internet, comprar cuadernos, y demás materiales de estudio. Difícilmente los jóvenes logramos combinar trabajo y estudio, por las exigencias del trabajo en cuanto a tiempo y esfuerzo.
En los grupos de la JOC vimos que era importante buscar soluciones juntos, compartir las dificultades que enfrentamos, y generar ideas que nos ayudarán a generar recursos.
Algunas de las ideas que hemos venido implementando son: cría de animales en nuestros patios, para mejorar la alimentación en la familia; elaboración de yogurt, galletas y dulces para vender en nuestros lugares de trabajo y estudio; preparación de masa de trigo para vender en la comunidad; elaboración de productos de limpieza del hogar para la venta.
La evaluación es necesaria
Algunas de las iniciativas que hemos desarrollado han tenido mayor éxito que otras, por eso es necesario que constantemente evaluemos nuestras acciones, revisando cómo vamos avanzando, valorando cada pasito, aunque sea pequeño, haciendo autocrítica y corrigiendo errores; así como también buscando apoyo por ejemplo en adultos que puedan orientarnos. Hemos realizado talleres sobre cálculo de costos, manejo de las finanzas, estrategias de mercadeo. Y sabemos que todavía hay mucho que aprender.
Además, es importante pensar y estudiar cual es el modelo que queremos reproducir. Hoy en día en nuestro país se hace mucha propaganda sobre el apoyo a “emprendedores”, pero desde una perspectiva individual. Y nosotros creemos en la JOC que debemos apuntar hacia lo solidario, lo colectivo. Nos hemos propuesto conocer lo que es la Economía social, el trabajo asociativo y el cooperativismo, para ir construyendo un modelo diferente al que nos explota y abusa.
Son importantes las alianzas
Hemos descubierto que no estamos solos en estas acciones. Además de las acciones de la JOC en países hermanos, acá en Venezuela tenemos organizaciones hermanas que están impulsando procesos parecidos que nos sirven de referencia, por ejemplo el EFIP (Equipo de formación, información y publicaciones) que tiene una importante experiencia con chicas en el área textil, en Caracas y Maracaibo que son ciudades donde está la JOC presente, y el CFG (Centro de formación Guayana) que acompaña la producción en huertos urbanos e impulsa el trueque. Con ambas organizaciones estamos en intercambio permanente.
En nuestro Consejo Nacional decidimos continuar
Entre los días 5 y 8 de septiembre de este año 2024, realizamos nuestro consejo nacional, donde además de avanzar en la construcción del análisis, evaluar nuestro plan de acción nacional, y avanzar en la coordinación nacional del movimiento, también decidimos continuar impulsando este tipo de acciones, con las que abordemos de forma colectiva la producción que nos ayude a generar ingresos que complementen nuestro presupuesto familiar.
Estamos claros en que eso no es una solución definitiva a nuestra situación de trabajo. No hemos renunciado a exigir un salario digno, un trabajo donde se respeten nuestros derechos. Asumimos estas acciones como una forma de resistencia ante la grave crisis de nuestra realidad.
Hoy nos juntamos para buscar alternativas a la supervivencia, mientras unimos fuerzas para pelear por el trabajo digno.
Y con el mismo ánimo nos vamos preparando para la celebración de los 100 años de lucha de la JOC Internacional.
