Día Internacional de la Mujer: las militantes dicen NO a la discriminación

 

« Explotar a las personas es un crimen,

explotar a una mujer es aún peor, es destruir la armonía. »

Papa Francisco

 

 

Más de cien años después de la primera celebración del Día Internacional de la Mujer, ha llegado la hora de hacer una evaluación de los desarrollos y avances, de encontrar un nuevo impulso, de actuar por el cambio y de proponer alternativas. También es el momento de celebrar el valiente compromiso que han hecho mujeres en nuestra vida, dentro del movimiento y en la sociedad, jugando un rol de protagonistas en la historia del movimiento y en sus comunidades.

 “Tengo 25 años, vivo en Egipto y soy una mujer.  Decir esto es dar a entender que la vida es difícil.  Vivo en un país donde los hombres dominan a las mujeres. Como mujer, soy a menudo acosada sexualmente y soy considerada como un objeto sexual. Soy discriminada como mujer soltera de 25 años que vive en un país donde la mayoría de las mujeres se casan a los 18 años. Mis problemas no pueden disociarse de los de nuestra sociedad donde existe una enorme brecha entre los ricos y los pobres, donde los empleos son cada vez más precarios, donde las tensiones y los conflictos son numerosos, y donde las mujeres son fuertemente afectadas.” - Basma

Hoy celebramos el Día Internacional de la Mujer con todas las jóvenes trabajadoras y mujeres de diferentes entornos en todo el mundo, y conmemoramos la lucha por el empoderamiento, la igualdad de género, la igualdad de oportunidades y los derechos humanos, pero este combate está lejos de estar terminado. El testimonio de Basma es el reflejo de millones de situaciones de jóvenes trabajadoras a través del mundo. Las estadísticas y los datos muestran que las mujeres tienen más probabilidades de recibir bajos salarios, incluido salarios inferiores a los de los hombres por el mismo trabajo o por un trabajo similar, de dedicarse al trabajo informal, de estar privadas del acceso a la protección social, y las probabilidades de promoción son bastante menores para ellas. Muchas veces las mujeres no tienen las mismas posibilidades en materia de educación y efectúan tareas múltiples en el trabajo y en la casa. Son también víctimas de acoso sexual en el trabajo y en la sociedad. Las migrantes y las refugiadas están expuestas a riesgos específicos.

Hoy el mundo del trabajo es diferente, vivimos en una nueva era de mundialización y de digitalización del trabajo, pero las mujeres siguen estando desfavorecidas, vulnerables, explotadas, excluidas, son asesinadas y abusadas por el simple hecho de ser “mujeres”. Esas realidades muestran que las mujeres sufren profundamente de una falta de dignidad en su vida y su trabajo.  El Papa Francisco señaló el valor de las mujeres en el mundo, insistiendo sobre el hecho de que aportan armonía y paz.

La Juventud Obrera Cristiana Internacional (JOCI) y sus movimientos nacionales afiliados reconocen el papel de las mujeres en el movimiento, la familia y la sociedad. Ningún hombre o mujer es superior a uno o a otro, todos los seres humanos fueron creados iguales en dignidad y en derechos.

 

 

Únanse a nosotros en las acciones que desarrollamos en favor del empoderamiento de las mujeres, exigiendo que nuestros gobernantes y nuestros estados implementen políticas dirigidas a  (1) reducir la brecha salarial entre los hombres y las mujeres; (2) proteger las mujeres contra la violencia en el lugar de trabajo; (3) asegurar su acceso a la protección social; (4) reconocer y respetar los derechos de las trabajadoras domésticas y de las migrantes; y (5) ofrecer oportunidades iguales de promoción en el trabajo y en la educación.

¡No olvidemos jamás que tanto las mujeres como los hombres tienen derecho a un trabajo justo, a la igualdad y a una vida digna!