Discriminación y racismo por parte de la policía, represión de los movimientos populares, caza de migrantes, seguimiento de migrantes indocumentados, archivo generalizado.... Es más que urgente organizarse y denunciar las lógicas de seguridad. Desde hace ocho años, la campaña Stop Repression se moviliza contra la violencia policial y la represión estatal. Seamos muchos en las calles de Charleroi este 15 de marzo con motivo del Día Internacional contra la Violencia Policial.
Alto a la represión de los inmigrantes
El único crimen cometido por los refugiados y los inmigrantes indocumentados es haber buscado un futuro mejor, ya que fue objeto de represión organizada al más alto nivel del Estado belga. Se les arresta sin restricciones y se les coloca en centros de detención a la espera de ser deportados. Verdaderas prisiones, las condiciones de detención en centros cerrados son tales que algunos migrantes intentan acabar con sus vidas. Hoy en día, incluso las familias con niños pueden encontrarse en un centro cerrado. Nadie se libra de estas medidas de seguridad y racistas por parte de las autoridades.
La solidaridad también está penalizada: procesos judiciales contra los que hospedan a los indocumentados, violencia contra los ciudadanos que filman detenciones arbitrarias con sus propios derechos. La caza de inmigrantes es perjudicial para la humanidad, el Estado de Derecho y la solidaridad entre los pueblos. A veces termina dramáticamente en la sangre, como pasó el 17 de mayo de 2018, cuando un policía, aún en libertad, mató a la pequeña Mawda. Para dotarse de los medios de su política inhumana, el último gobierno decidió construir tres nuevos centros, uno de ellos en Valonia, en Jumet. Ante las políticas del Estado, exijamos el cierre de todos los centros cerrados, la regularización de todos los inmigrantes indocumentados y la libertad de circulación de los inmigrantes.
Alto a la represión de los movimientos populares
Hemos visto y experimentado la represión que ha afectado dramáticamente el movimiento de los chalecos amarillos en Francia y Bélgica. La prohibición de las manifestaciones, las detenciones arbitrarias y la violencia policial son los medios utilizados por el Estado para silenciar los movimientos populares. La preservación del orden del mercado, de los negocios y del comercio tiene aquí prioridad sobre el derecho fundamental a manifestarse y expresar sus opiniones. Rechazamos firmemente la represión de los militantes en las manifestaciones y el acoso de quienes cuestionan una sociedad tan desigual como la nuestra. Esta política autoritaria es un peligro para cualquier democracia. Una sociedad que no puede ser desafiada es una sociedad que se está muriendo.